El componente psicoterapéutico que aquí se trabaja se relaciona con los síntomas que la mayoría de los sobrevivientes de abuso infantil presentan y que implican la dimensión de la corporalidad. Éstos se pueden cristalizar en manifestaciones como:
- Dolores de estómago, cabeza, oídos, extremidades, etc.
- Sensación de ahogo.
- Náuseas y/o mareos.
- Sensación de cansancio físico.
- Agitación cardíaca.
- Sudoración.
- Sensación de estigma entorno al cuerpo ("siento que mi cuerpo está sucio, manchando").
- Sensación de asco.
Consideramos altamente relevante el trabajo corporal que en danza se realiza respecto a este eje, en tanto favorece que la persona deba poner atención a su cuerpo y los diversos movimientos que puede llegar a realizar, si permite que emociones y pensamientos estén plenamente conectados con éstos. Sabemos que un trabajo de este tipo, permitirá fortalecer significativamente los procesos de resignificación con sobrevivientes de abuso sexual y/o físico, ya que ésta no sólo ocurrirá en las narrativas, emociones y cogniciones de la persona, sino que también en su corporalidad.
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